Domantas Sabonis está jugando a un gran nivel en Indiana. A sus 24 años está demostrando mucha solidez y consistencia. No debe ser fácil jugar a baloncesto siendo hijo del, para mi, mejor 5 europeo de la historia, Arvydas Sabonis, pero él ha sabido encontrar su camino.
Y lo ha hecho llevando al máximo nivel al jugador que lleva dentro, sin compararse con nadie. Sin un gran talento natural, sí que es capaz de hacer muchas cosas, tanto jugando interior de espaldas (ganchos), como con botes de cara al aro.
Corre muy bien el campo, está afianzando su tiro de 3 (este año lleva un 36% y 1 anotado por partido), está promediando 21,5 puntos, 11,6 rebotes y casi 6 asistencias y es un tipo realmente duro, se ha puesto muy fuerte y no rehuye el contacto. Una buena carrera NBA le espera.
Lo primero en lo que tenemos que prestar atención es en su equilibrio, tanto cuando tira a pies quietos, tremendo desde las esquinas, como saliendo de indirectos. Para tirar bien los pies son una de las claves.
Abrines tiene una buena base pero, además, tiene otros muchos detalles interesantes: ofrece muy bien las manos al pasador, por ejemplo, y, aunque acompaña quizás un poco de mano izquierda, tiene una técnica de subida del balón, de extensión del brazo derecho y de golpe de muñeca excelentes.
Y acabo destacando algo que me alegra especialmente, la fuerza mental que ha demostrado. No es fácil acabar un torneo como la Copa ACB sin fallar un solo triple, con la gran exigencia física que supone para los jugadores en solo tres días y seguidos de competición, y superando además la presión de las defensas (muchos de sus triples estaban bien punteados) y la propia por no fallar. ¡Felicidades!