El otro día leyendo el artículo de mi amigo Martí Artigas, titulado La ruleta de la fortuna, recordé el día que conseguí algo que hasta aquel momento creía que era imposible, hice que se modificara el marcador de un partido una vez finalizado, eso si, en ningún momento se modificó el acta del partido, simplemente se redactó un anexo en el que se explicaba la equivocación del acta, y el marcador final modificado.
Los hechos pasaron en Fontajau, el 26-03-2006 en la jornada 25 de la Liga ACB de aquella temporada. Era un Akasvayu Girona- CB Granada normal, hasta el último minuto del partido, ya que después de un triple de Germán Gabriel, alcé la vista al marcador, y no coincidía con mis anotaciones, ni con la estadística oficial que estábamos haciendo en aquel momento. El resultado era tan claro a favor de los gerundenses, que nadie se dio cuenta de dicha anomalía.
Nada más finalizar el partido me levanté y fui corriendo hacia Martí, delegado del equipo, para ver si en sus anotaciones el marcador era correcto, me dijo que el no llevaba el marcador arrastrado y que no lo tenía claro. Al yo llevar el marcador arrastrado, nos dirigimos a la mesa de anotadores para comprobar el acta oficial. Según esta, el marcador final era de 93-74, y según la estadística oficial y mis anotaciones el resultado final era de 96-71.
Fueron unos segundos de incertidumbre, hasta que con mis anotaciones comprobamos el acta y el triple de Germán Gabriel se lo habían anotado al número 13 del Granada. Preguntada la persona que rellenaba el acta, no se le ocurrió decir otra cosa que “si no ha sido el 13 habrá sido otro”, ya que el Granada no tenía número 13. Además indicó que “el acta nunca se puede modificar, ni aunque nos equivoquemos”.
Desde Barcelona se nos presionaba para cerrar la estadística oficial, pero no sabíamos como acabarla, ya que no sabíamos a quien anotar el triple. Me dirigí a los vestuarios, y allí entre todos, comisario de mesa, árbitros, delegados y por supuesto mi libreta con la anotación de todas las canastas del partido, se decidió hacer constar en el anexo del acta, la equivocación en la anotación, y el nuevo marcador final, o sea, 96-71.
Los más de 4300 espectadores que había en Fontajau se fueron pensando que el marcador final era 93-74, incluso algún medio de comunicación reflejó al día siguiente ese marcador.
Aunque no fue decisivo, imaginaros que hubiese pasado con un marcador igualado.
Grego Gutiérrez
Miembro del equipo de estadísticas ACB en Girona
Interesante la anécdota. En mi opinión las actas de los partidos hechas a mano son casi prehistóricas. A dia de hoy deberían evolucionar y se podrían utilizar otras tecnologias.
La temporada pasada se empezaron a hacer las actas con un Tablet PC, por lo que ya se está trabajando en este tema.
Esta temporada no puedo decir nada, ya que solo he hecho estadísticas en LEB bronce y se siguen rellenando las actas a mano.