Con ocho basta. Resulta que, cuando el baloncesto ha conseguido que todos los equipos de fútbol hagan rotaciones, llega el TAU y va líder en la ACB con sólo dos derrotas y acaba de ganar la Copa del Rey jugando apenas con ocho jugadores!!! El cinco titular, el MVP Teletovic saliendo desde el banquillo como rotación de los interiores, Vidal como salvavidas dando algo más que un respiro a los imprescindibles Rakocevic y Mickeal, y Vlado Ilievski guardando las espaldas de Pablo Prigioni. Al menos en esta Copa, la presencia de San Emeterio y Barac ha sido testimonial. Enfrente, plantillas inacabables, con grandes profundidades de banquillo, dos jugadores por puesto, o tres, rotaciones constantes para mantener la intensidad aunque se acabe de meter tres canastas seguidas,…
Fuera de los focos. Me gustaría destacar a algunos jugadores que han hecho bien su trabajo, más allá de lo evidente de los máximos anotadores o valorados. En Unicaja, Gomis ha dado buenos minutos ante la baja de Cabezas y junto a un Cook menos consistente que en su media de esta temporada. El francés ha sido una pesadilla defensiva para los bases rivales y ha tenido buenos momentos de ataque también. Berni, a pesar de llevarse el recuerdo del regalo envenenado del último pase de Archibald, ha sido una garantía en el juego exterior junto a un Welch muy convincente, aunque algo cansado en la final por el esfuerzo realizado en el torneo. Archibald ha estado incluso por encima de un Haislip con destellos pero con altibajos. El escocés ha estado duro atrás, dando pechazos a quien se pusiera por delante, serio, presente en los rebotes, poniendo bloqueos de esos que dejan huella e incluso anotando, sacando petroleo con su mano izquierda a pesar de ser diestro. Por los campeones, me quedo con un Vidal venido a más esta temporada y con Prigioni, que, sin estar brillante, ha dominado de largo el puesto de base en este torneo. Cuando él no esté cantarán aquello de » me vas a echar de menos cuando tú me busques…». Por el resto me han gustado Popovic, que ha cumplido con lo que creo se espera de él y un poco más; Jim Moran, jugando a su mejor nivel, hiperconcentrado y muy acertado en el tiro exterior. Me cuesta encontrar más nombres, aunque haya algunos que hayan tenido unos buenos minutos pero sin demasiada continuidad o sólo han estado bien en un partido.
Snipers. Así llamaba el mítico entrenador ruso Alexander Gomelski, del que tuve el honor de ser ayudante, a los grandes tiradores, o más bien francotiradores (esa es la traducción exacta). Ha habido durante el torneo varias rachas de acierto en el tiro espectaculares, empezando por Navarro (6 de 8 en cuartos ante el Madrid), continuando por Iturbe con algún triple francamente imposible (6 de 10 en semis contra Unicaja), y culminando con Teletovic en la final (6 de 12). Por el camino, momentos excelentes de Samo Udrich para 23 puntos en cuartos, Haislip 4 de 5 contra Kalise G. Canaria y los 5 de 11 anotados entre Moran y English en el mismo partido. Mención especial entre todos merece en mi opinión el premiado pivot vitoriano. No hay muchos tiradores, en cualquier posición, que tengan la determinación, la precisión, la capacidad para tirar con mucho salto (por lo tanto, más difícil de defender) y además llevar «estabilizadores de serie» para anotar contra defensa y saltando en desequilibrio lateral o hacia atrás.
no se si compartirán mi opinión, pero creo que Teletovic tira mejor con «una mano en la cara» que parece le sirve de mirilla.
Para mi el hombre de la copa ha sido Archibald, pero le pesó el último tiro.