Voy a contaros en los próximos días todo lo que me parezca interesante desde diferentes puntos de vista sobre las Ligas de verano que cada año organizan los equipos NBA en Estados Unidos. Este año voy a estar desde el 7 al 17, empezando los tres primeros días por Orlando y pasando el resto en Las Vegas.
Lo primero que habréis pensado es: » ¡Qué pasada! ¡Orlando con Disneyworld y Las Vegas con los Casinos! Lo cierto es que están ahí y que, evidentemente siempre queda algo de tiempo para hacer un poco de turismo. Pero lo que es más cierto aún, es que allí vamos a trabajar y la mayoría de los días vemos 5 partidos seguidos. Lo habéis leido bien, cinco, es decir, que nos pasamos el día en el pabellón, viendo jugadores y haciendo contactos con los agentes. Al final del día, hay veces que dudas de si un jugador que viste en el primer partido era alero o pivot. Suerte que todas esas horas las podemos soportar gracias a una «equilibrada dieta americana» a base de perritos calientes, pizza, nachos con queso y helado. Ah, se me olvidaba, todo eso muertos de frio, porque no sé si sabréis ¡cómo ponen el aire acondicionado al otro lado del Atlántico!
Pero bueno, no adelantemos acontecimientos, porque estoy escribiendo este articulo desde un hotel de Madrid cercano a Barajas. Son las 18.15 del día 7 de Julio y a estas horas tendríamos que estar a escasas dos horas de aterrizar en Filadelfia para enlazar con otro vuelo hasta Orlando. La compañia USAirways ha cancelado su vuelo desde Madrid, alegando «motivos de mantenimiento» (aún no sabemos qué quisieron decir con eso), y aquí estamos, esperando a que mañana por la mañana podamos salir de una vez por todas. Pero eso no es lo peor, porque a estas horas no nos han garantizado que podamos salir seguro mañana, porque no van a poner un nuevo avión y tanto el suyo como los de otras compañias están llenos. Así que habrá que pelearlo llegando al aeropuerto de los primeros. El pato Donald tendrá que esperar. Ya os contaré, y espero que ya pueda hacerlo desde Orlando.