La pasada temporada ACB se desarrolló en una dimensión artificial de la realidad bajo el influjo futbolístico que todo lo invade en nuestro país. El gran duelo Barça-Madrid era el faro catalizador que iluminaba todo y en ese gran resplandor quedaron casi todos deslumbrados sin entender que hace ya muchos años que el baloncesto se mueve de otra manera. Pocos fueron los que, durante el año, dieron el justo valor que tenía al equipo que finalmente acabaría ganando la ACB, el CajaLaboral. Con una plantilla amplia, compensada, llena de buenos y expertos jugadores, pasaron el año esperando que llegara su momento, tapados bajo el manto «azulgranacasiblanco» que todo lo cubre.
Algo parecido ha sucedido esta temporada en la NBA. Una vez reeditado el clásico duelo Lakers-Boston en las finales del año pasado y con la puesta en escena de toda la parafernalia del «threepeat» desde Los Angeles y del Big Three desde Miami, cuando se disipa la «nube de polvos talco» de las manos de Lebron aparecen los San Antonio Spurs y se convierten en el mejor equipo de la NBA. ¡¡¡Sorpresaaaa!!!!
Un equipo, eso es lo que son los chicos de coach Pop. Sin el debido respeto seguían ahí Tony Parker, se hablaba más de su divorcio que de su solidez en la pista, Manu Ginobili, no por dejar la albiceleste está acabado para seguir al mejor nivel, y Tim Duncan, ese lider que como no canta rap o no hace breakdance en las presentaciones no parece serlo. Un equipo. Bien entrenados, un grupo de grandes estrellas entradas ya en años que demuestran su profesionalidad cada vez que pisan una pista, con los complementos adecuados, son en estos momentos el mejor equipo del mundo. ¿Cómo está construido el grupo? Parker, 29 años y 17’3 puntos/6’8 asistencias por partido, Ginobili, 33 años y 18’8 puntos/4’8 asistencias, Duncan, 35 años y 13’6 puntos/9’4 rebotes de media, y Richard Jefferson, 31 años y 12’3 puntos, son la base principal del guiso y cuatro fijos en el cinco inicial y en los momentos clave de partido.
Acompañan algunos jugadores jóvenes interesantes, que sin ser elecciones altas del draft de su año, sí se están demostrando como sabias decisiones de los técnicos de San Antonio a la hora de seleccionar sus movimientos: DeJuan Blair, nº 37 de 2009, 22 años y 7’9 puntos/7 rebotes en sólo 21 minutos, es el quinto titular, y George Hill, nº 26 de 2008, 25 años y 11’3 puntos saliendo desde el banquillo, son la savia joven que equilibra la pirámide de edad del vestuario.
En todos los grandes equipos siempre hay un veterano que asume su papel guardando las espaldas de las estrellas: Antonio McDyess, 36 años, cumple a la perfección tras 14 temporadas NBA.
Sin contar a algún jugador con un papel más marginal, la aportación de otro grupo de jugadores es fundamental para alcanzar el equilibrio competitivo que San Antonio ha demostrado hasta ahora. Son jugadores que han tenido la suerte de aprender a competir en Europa y la franquicia tejana siempre ha abierto sus puertas a este tipo de jugadores, como demuestra que un francés y un argentino sean dos de sus principales valores. En ese grupo de jugadores de formación europea destacan: Matt Bonner, 30 años y 7’6 puntos/50’3% en T3, con 6 temporadas NBA tras su paso por Italia, Gary Neal, 26 años y 8’5 puntos/39’2% en T3, que ha encontrado su sitio tras pasar por Turquía, Barcelona, Treviso y Málaga, y Tiago Splitter, 26 años, producto «made in Vitoria».
Eso es todo. Lejos de los fuegos de artificio de otras franquicias, mientras unos buscan encajar a todas sus estrellas y otros intentan pedir a la liga jugar con dos o tres balones, el trabajo bien hecho, el compromiso y el carácter competidor de un grupo sólido y equilibrado están dando una lección a todos de lo que debe ser un equipo.