La noticia de la reciente eliminación del Sevilla C.F. en la Champions frente al CSKA de Moscú se ha hecho más eco de los gritos en el Sanchez Pizjuan contra el entrenador sevillista al final del partido que de la propia eliminación: «Jimenez vete ya». Ahí queda eso. Son extraordinarios los resultados que Manolo Jimenez está consiguiendo con su equipo a pesar de haber perdido a jugadores importantes. Están a la espera de disputar al Atlético de Madrid la final de la Copa del Rey, tras eliminar al admirado superequipo blaugrana, han llegado lejos en la máxima competición europea y en la liga están donde pueden estar, cuartos, en «posiciones de champions», y es que los dos primeros son puestos que ya tienen dueño antes de empezar a correr el balón. A pesar de todo, el ambiente que se crea alrededor de la figura del entrenador lleva a parte de la afición, una parte que suele contagiar a numerosos que no saben o no contestan, a elevar el tono de las críticas a niveles inaceptables y que no se corresponden con los logros obtenidos y con el trabajo que se está realizando.
Mourinho, Ancelotti, Wenger, Benitez o Capello sí que son entrenadores capacitados para conducir al Real Madrid de nuevo a la gloria y no el pobre ingeniero que ocupa un lugar para el que no está capacitado. Es cierto que Pellegrini, o quizás habría que decir el equipo de Pellegrini (¿tendrán algo que ver los jugadores?), ha sido eliminado en la Champions en octavos de final, hecho que casualmente se repite desde hace no sé cuantos años (probablemente también Pellegrini tenga algo que ver con esos anteriores fracasos). Es cierto que quedará para el recuerdo la eliminación en la Copa del Rey a piernas del Alcorcón. Pero también lo es que van líderes en la Liga superando a un Barça de record, al mejor Barcelona de la historia. Si el Madrid va por delante, ¿será también un Madrid de record y el mejor Madrid de la historia? Si algo positivo tiene este equipo ¿se consigue sólo por obra y gracia de las estrellas como CR9, Kaká, Guti o Casillas y a pesar del entrenador?
El mismo Guardiola, y no es que sea perfecto, está empezando a recibir por sus declaraciones tras la reciente expulsión por sus protestas al cuarto árbitro. No tardarán en aparecer líneas críticas más contundentes, a pesar de que la línea de trabajo parece ser buena.
Hace poco he visto un partido ACB en el que el entrenador local fue recibido con aplausos cuando entró a la pista con los dos equipos haciendo la rueda de calentamiento y tras la derrota final fue despedido con pañolada. Sin valorar ahora una posible tendencia hacia la «futbolización» de determinadas actitudes y visiones de la jugada, me parece exagerado poner tanto énfasis en la responsabilidad prácticamente exclusiva del entrenador sobre todo lo negativo que le pase a un equipo, convertir esa responsabilidad automáticamente en culpabilidad, manifestarla con una agresividad desproporcionada. Hay que criticar, por supuesto, lo que sea criticable, pero no convertir cualquier decisión en una equivocación imperdonable. Hay que criticar, pero debería hacerse de manera profesional, razonada y educada, con respeto.