No estoy de acuerdo en presentar la final ACB como un  enfrentamiento David contra Goliath. Ni siquiera que sólo el deseo y el carácter han llevado al CajaLaboral a alcanzar un sueño. Que el Barcelona haya dominado la temporada con un nivel de juego muy alto y que Baskonia haya tenido momentos de duda, marcados en muchos casos por el estado físico de algunos de sus jugadores (lesiones de Marcelinho, Oleson, Herrmann, Barac, etc), no puede ocultar el valor real de la plantilla que Dusko ha podido disfrutar esta temporada. El hecho de que incluso en el último y decisivo partido utilizara hasta 10 jugadores, sin confiar en la rotación de Splitter con Barac fuera por lesión, demuestra que el montenegrino ha tenido esta temporada más argumentos sobre los que apoyar su implacable e  inamovible estilo de juego.

Ha encontrado en Marcelinho el base que siempre necesita para apoyarse y controlar el juego del equipo. Donde no ha llegado el brasileño por su capacidad para saltarse el guión y poner unas gotas de samba al asunto, no está mal poder disponer de Ribas, mucho más «under control», y de un base experto como Milt Palacio, que ha echado más de una mano en la parte final de temporada. Si además añadimos la capacidad de Oleson para ayudar a jugar con criterio, ¿es realmente tan superior el Barcelona con Ricky, Sada y Lakovic en el puesto de base?

Que por diferentes circunstancias Eliyahu, Oleson, Herrmann y Barac han contado lo que han contado, no puede colocarlos por debajo del nivel real que tienen. Han demostrado en la parte decisiva de temporada, a excepción de Barac lesionado, que son jugadores de primer nivel, capaces de hacer a su equipo campeón, jugando y aportando muchas cosas al juego y a la personalidad del grupo. Por cierto, Golubovic, aunque haya pasado bastante desapercibido, tampoco está mal.

Teletovic, English y SanEmeterio son valores seguros sobre los que asentar un equipo. ¿Algo que envidiar a Morris, Basile o Grimau?

Acabamos por el principio, Splitter MVP, MVP, MVP.