me gustan los hombres. Por Trifón Poch

De camino a las ligas de verano USA hay muchas horas perdidas en un rincón cualquiera de cualquier aeropuerto y compartiendo viaje con gente de otros equipos ACB hay tiempo para la típica conversación de esta época del año. ¿Cómo tenéis el equipo para el año que viene? ¿Cuántos jugadores tenéis con contrato? ¿Habéis cerrado ya al jugador que hablamos el otro día? ¿Por qué no le habéis renovado si no ha hecho un mal año? ¿En  quién estáis pensando para sustituir al que os acaban de levantar?…

  • El otro día viendo un partido de Polonia vi un tres americano que estaba muy bien, le dije.
  • Ya le conocemos, pero ese tiene muy mala cabeza, me responde.
  • ¿Pues el que se os acaba de ir no es que sea un angelito, no?
  • ¿Cómo? No entendemos de dónde le viene esa fama. Cuando llegó y le vio un directivo, me dijo: “qué cara de loco tiene”. Yo le contesté que no, que ya lo vería, y ahora que se nos va, ese mismo directivo no para de comentar cuánto le vamos a echar de menos en el equipo.
  • Efectivamente no es esa la imagen que tiene de su anterior equipo.
  • Allí estuvo en unas circunstancias muy diferentes. Con nosotros te voy a explicar: no ha dado un problema en el vestuario; habla poco, lo justo, y tiene el respeto de todos sus compañeros; fuera de la pista, en su vida privada, tampoco ha creado problemas; entrena como una bestia todos los días, desde el primer segundo hasta el último; y en los partidos, ya lo ves, es un competidor que va siempre al 100%.
  • Es injusto la imagen que tienen otros jugadores que todo el mundo admira y que en la realidad no hay quién los aguante en el día a día, ni siquiera sus propios compañeros.
  • Así es. Nosotros estamos cansados de aguantar a malos profesionales, que no trabajan cada día al 100%, a niños. Hemos tenido que pasar 20 años en este negocio para por fin fichar a un jugador que es un hombre, un hombre de verdad.

Es curioso lo fácil que es equivocarse cuando no tienes la suficiente información. Hay jugadores que son admirados, pero que en realidad, dentro del equipo, no son buenos compañeros, no están comprometidos con el club, están todo el día quejándose por todo, están sembrando en el vestuario malos pensamientos hacia el entrenador. A otros les toca siempre la otra cara de la moneda, tienen una imagen de jugadores difíciles, se llevan las culpas de todos los males del equipo, no se les perdona el más mínimo fallo en un partido y, sin embargo, son los que de verdad están tirando del carro cada día para sacar el equipo adelante. Son hombres de verdad, en los que confiar. Me gustan los hombres.

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