Todos los entrenadores empleamos muchísimas horas en la ejecución de la jugada perfecta, de la acción magistral creada por nosotros para el equipo. Ejercicios de 3×3, 4×4 o 5×5 donde valoramos al detalle la perfección en el sistema elegido, 5×0, repeticiones…etc, todo ello, con un sólo objetivo, el anotar.
Pero en muchas ocasiones, la habilidad de los jugadores, la creatividad de los mismos, la flexibilidad del entrenador o la lectura de juego trabajada previamente, da como resultado una canasta, con el mismo valor que cualquier otra proveniente de un elaborado sistema de juego.
A continuación, os voy a mostrar un típico sistema ofensivo. Los dos pívots en el poste alto para buscar una ventaja a partir del P&R. El objetivo esta claro, ventajas a partir del bloqueo y triangulaciones (alto-bajo, tiros abiertos, 1×1 poste bajo… etc.). Pero en esta ocasión, los dos puntos conseguidos por el Tau, vendrán de una acción diferente a lo previamente buscado. Una puerta atrás del alero de la esquina mientras todo el equipo se preocupa de la defensa de la jugada marcada por Pablo Prigioni.
Mi pregunta es la siguiente, ¿vale lo mismo esa canasta que otras?, ¿debemos los entrenadores dominar todas las acciones del juego?, ¿valoramos según el éxito de la acción o dejamos un espacio abierto al talento ?………
Sin duda, el baloncesto tiene que ser de los jugadores en gran medida y dejar espacio al talento puro. COmo muestra, tu video. Lo dice un entrenador.
Ese corte lo suele hacer habitualmente también Sergi Vidal.