«Prigioni hoy ha sido el mejor jugador sobre la pista. Es un base extraordinario, lidera al equipo y hoy ha estado excelente. Habíamos preparado otro guión y no queríamos que pasara lo ocurrido, pero no hemos sido capaces.» , son los comentarios de Xavi Pascual, entrenador del F.C. Barcelona, tras el primer partido de play-off disputado anoche en el Palau. Por la otra parte, Dusko Ivanovic comentaba ayer: «Ha demostrado, y lo está haciendo en cada partido, que es un verdadero líder en la pista. Sabe qué ha de hacer y hoy ha tenido un buen porcentaje de tiro». Pablo Prigioni dominó el tempo de la reciente Copa del Rey, está controlando la Liga ACB y, de momento, ha empezado también marcando el camino hacia la Final Four de la Euroliga. A pesar de la llegada a la ACB esta temporada de numerosos bases americanos, no ha habido hasta ahora ningún jugador en ese puesto capaz siquiera de igualar la determinante importancia que para el juego de su equipo está significando Prigioni para el TAU. Recuperado para su mejor nivel de siempre, nadie como él está tomando la decisión correcta en el momento apropiado, controlando los ritmos del partido, decidiendo cuando acelerar y cuando llegar al 5 contra 5, administrando el único balón que hay para que parezca que haya los necesarios para proveer a lanzadores tan ávidos de sentir el balón en sus manos como Rakocevic o Mickeal y que además Splitter no se sienta abandonado, apareciendo como anotador cuando el equipo necesita que aparezca, desatascando un momento de sequia o un final de posesión o de cuarto con uno de esos triples que hacen daño. Mención a parte merece su interpretación, ejecución, desarrollo y conclusión de las situaciones de bloqueo directo. Si la marcha de Scola a la NBA parecía haberle dejado huérfano, sin pareja de baile, la conexión creada con Splitter vuelve a ser un peligro público por cada pista que pisan. Con el permiso de John Stockton o de Papaloukas, habría que cambiarle el nombre a este concepto táctico y empezar a llamarle «bloqueo Prigioni».