Tremendo equipo el que presentó ayer en la jornada inaugural de la Euroliga el CSKA de Moscú. De entrada se hace extraño no ver las caras de jugadores como Holden, Langdon o Smodis, que han sido durante tantas temporadas algunos de los pilares en los que este equipo se había asentado. Pero «los nuevos», además de algunos que permanecen, forman un equipo largo, con mucho talento y con una presencia física importante. El frente serbio abierto con Teodosic y Kristic, la sección lituana formada por el inacabable Siskauskas y Darius Lavrinovic, la base americana comandada por Jamont Gordon, el dominicano Mejía y el nucleo ruso del grupo con Shved, Ponkrashov, Vorontsevich, Khryapa y Kaun son una plantilla muy completa que puede plantar cara a cualquier equipo de la competición. No me he olvidado de Kirilenko, que vive un estado de provisionalidad a la espera de lo que pase con el lockout de la NBA. En caso de quedarse, sería la guinda de un equipo que con él da un salto importante de capacidad competitiva.