Quizás la contundente victoria de semifinales contra Caja Laboral por 28 puntos no fue para el Madrid la mejor previa para alcanzar la mentalización necesaria para afrontar una final que se les resiste desde hace tantos años. Quizás la imagen que el Barça había dado contra Cajasol y Valencia era un tanto engañosa. Aparentemente en una parte del cuadro más tranquila, había tenido que superar a los dos equipos que, durante toda la temporada ACB, están haciendo trabajar más y anotar menos a sus rivales para poder ganarles. Y así ganó el Barcelona, sin brillantez, sin anotar triples, sin poder atacar al ritmo de vértigo que han impuesto en la mayoría de sus victorias. En la combinación de estas dos sensaciones, el Madrid tal vez llega a la final sintiéndose demasiado capaz de derrotar a los blaugrana e inesperadamente vuelve a aparecer frente a ellos un equipo pletórico de ritmo, avasallador imponiendo el atleticismo de sus jugadores en todas las posiciones. No lo esperaban y no pudieron reaccionar. La dureza de la línea exterior blanca, demostrada contra Joventut y contra los de Vitoria, no pudo contener en defensa ni encontrar opciones en ataque para alimentar la versatilidad de sus interiores, frente a la superioridad manifiesta en intensidad y actividad que demostraron los de Xavi Pascual. Nada que hacer.
La linea dominante de la Copa de este año ha sido la defensiva. Han competido bien Cajasol y Power E. Valencia, fieles a su personalidad de esta temporada: juego físico, suficiente presencia en el juego interior para competir a un nivel bueno contra los mejores, buenos defensores individuales contra buenos anotadores, solvencia en el rebote, control en las posesiones de ataque. También los grandes, los aspirantes al título, a pesar de contar con más jugadores de talento ofensivo han basado sus victorias en la contundencia de sus defensas. Así lo ha hecho el Madrid, maniatando con sus exteriores a los anotadores del Joventut en cuartos y asfixiando cualquier movimiento de Caja Laboral hasta el punto de dejarles en la menor anotación conseguida en una Copa, 50 puntos. Y así también ha vencido el Barcelona. Defendiendo al Madrid hasta el punto de hacerle sufrir cada lanzamiento, provocando numerosos errores en el pase y en la ejecución de los sistemas, dando pocas opciones de conseguir un tiro librado o elegido por el ataque. No ha ganado el Barcelona imponiendo todo el talento que tienen sus jugadores en ataque, que es mucho, sino, como reconocen los madridistas el día después, por superioridad atlética, en especial del juego interior blaugrana. Veremos si la experiencia del torneo copero significa más movimientos en la plantilla blanca en el futuro, para llegar mejor preparados al tiempo de play-off.
Espectacular como siempre el ambiente de la Copa y el comportamiento de las aficiones, quizás este año con un grado de pique superior marcado por la rivalidad directa entre algunos equipos. Destacable por encima de todos la gente de Vitoria. «Gallina de piel» la actitud después de perder por 28 en semifinales. Cuando todos estábamos a la búsqueda de un restaurante para cenar, ¡a esas horas!, todavía atronaba el BEC animando a su equipo derrotado. Alguién me comentó en la grada: «con esa afición es imposible que los jugadores no corran y luchen al 100%».
Sé que tal vez sea una tontería personal sin importancia, pero no me parece nada bien la imagen de celebración del equipo barcelonista en el vesturario: todos los jugadores con un puro en la boca. Ni que haya sido el mismísimo Michael Jordan el que haya iniciado esta tradición, si es que fue él el primero, festejando cada uno de los anillos que consiguió en la NBA, está justificado lo que para mí es una mala imagen, poco acorde con la tendencia social actual respecto al tabaco y con el ejemplo que estos deportistas ACB deben ofrecer a los jóvenes. Celebraciones sin puros, por favor.
Tengo la sensación que lo del puro fue porque era el cumpleaños de Navarro mas que por la celebración…. que también….
Por cierto, no hay ni una pequeña reseña del trabajo del Bilbao Basket, que aunque perdió de 13 antes los Vitorianos, a la postre no fue una derrota tan sonrojante.
Un saludo, e impresionante el ambiente en la copa.