Agradecemos la interesante colaboración de Sergio Sanchez, preparador físico de gran experiencia ACB, ahora responsable del C.B. Granada, que nos habla de las pautas de trabajo en un equipo de élite a estas alturas de temporada.
Todas las ligas encaran su recta final, y con ello cada equipo esprinta para alcanzar sus objetivos marcados al inicio de temporada. En función de éstas metas, podría variar levemente la preparación física que se lleva a cabo durante esta fase final del año. Pero todas suelen tener un denominador común; reducción de la carga física, sobre todo en volumen (cantidad y duración de los entrenamientos) para dar paso a sesiones más cortas. Esto es así porque el proceso de llenado del “depósito de gasolina” ya se ha producido y el levantar levemente el pie del acelerador hará que las capacidades físicas de los jugadores se afinen.
El programar, cuantificar y controlar la carga física es el pan nuestro de cada día a lo largo del año, pero es en este momento donde debemos tener más cuidado de no pasarnos con lo programado previamente. La acumulación de entrenamientos, de esfuerzos, de fatigas musculares, hace que la línea que separa la sobrecarga sea muy débil, por tanto, en este punto de la liga no debemos exponer a nuestros jugadores a volúmenes de carga física altos, pues el riesgo de lesión es mayor. Eso sí, pese a bajar los volúmenes de entrenamiento, donde no bajamos ni un minuto de nuestro trabajo es en los protocolos preventivos de lesiones que se llevan a cabo. El trabajo de fortalecimiento del cinturón pélvico, los ejercicios propioceptivos, la tonificación muscular son importantes desde el primer entrenamiento hasta el último, así que no podemos olvidarnos de ellos.
En las sesiones específicas de preparación física, dejando a un lado lo ya hablado de control de carga y prevención de lesiones, nos centramos en tener al jugador en unos niveles de activación neuromuscular óptimos. Traducido a un lenguaje de la calle seria que los jugadores estuvieran en un nivel alto de “chispa”. Como decía un amigo preparador físico de futbol, él no era preparador físico sino “chispologo”, porque lo que le demandaban en su trabajo es que sus jugadores tuvieran “chispa”.
En resumidas cuentas éste es el momento de la chispa, de estar vivos, de ser rápidos, porque los niveles requeridos de resistencia y de fuerza ya deberían haberse alcanzado y, por tanto, es el momento simplemente de COMPETIR. Equipos luchando por evitar las plazas de descenso, por meterse en play off, por ascender de categoría o disputando fases finales en competiciones europeas: el trabajo de todo el año tiene que dar sus frutos ahora.
Sergio Sanchez es preparador físico del C.B Granada ACB.