Acabo de regresar de Beijing donde he tenido la oportunidad de dirigir el Li Ning Camp 2011, que este año ha puesto especial atención en la formación de bases. Han participado 58 jóvenes, entre ellos 15 chicas y 3 jugadores españoles que viajaron conmigo, de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años y han colaborado activamente seis destacados entrenadores chinos, expertos en el entrenamiento de jugadores jóvenes: Yuenan Ma, Qinlong Wu, Yunsong Zhang, Shaobin Qu, Xiulin Zheng y Jun He. Aunque la gran mayoría de los chicos eran bases o escoltas había también jugadores de todas las posiciones, puesto que prácticamente la totalidad de componentes de la Selección Nacional China sub-16 ha participado en el campus. Tanto la organización del evento por parte de la empresa Li Ning, como las instalaciones deportivas de su sede central en Beijing han sido excelentes.
Además de toda una serie de pruebas físicas y de habilidad técnica que Li Ning se ha encargado de realizar a todos los jugadores, han sido unos días de duro trabajo en dobles sesiones de dos horas y media, en los que hemos hecho especial incidencia en las sesiones de mañana en el entrenamiento de la técnica individual, complementada con situaciones de 1 contra 1 y de 2 contra 2, y en las sesiones de la tarde hemos puesto más atención en el entrenamiento de situaciones de juego y dirección de partido, en ejercicios desde el 3 contra 3 hasta el 5 contra 5. He intentado reflejar una manera de entrenar distinta a la que ellos están habituados, ayudado por la gran disciplina que aplican al entrenamiento, y, a pesar de la dificultad que supone el idioma y tener que dirigirme siempre a los chicos por medio de un traductor, creo que el resultado ha sido satisfactorio para todos.
Ha habido en el campus cuatro o cinco jugadores de gran talento, que sin duda van a crecer y ayudar en el futuro a las diferentes selecciones nacionales chinas a nivel internacional, en un grupo con unas grandes cualidades físicas y en el que me ha sorprendido que conservan un importante componente lúdico del juego.
Ha sido sin duda una gran experiencia por la posibilidad de compartir y contrastar con un baloncesto distinto al nuestro, por la oportunidad de trabajar con jóvenes de un alto grado de formación y entrenamiento y por el disfrute que supone haber conocido una ciudad increíble como es Beijing y algunas maravillas de su civilización como La Ciudad Prohibida o la Gran Muralla.