sobre padres/forofos y baloncesto de formación. Por José Luis González

Sorry… muchas semanas (meses) sin aparecer por ‘Teambasket’… demasiado trabajo y poco tiempo para disfrutar del placer de escribir y, sobre todo, leer cosas interesantes escritas por amigos que de verdad saben de ésto. Decía que tenía pendientes dos reflexiones. La primera no tiene mayor importancia, es personal, solamente debo dar las gracias a Trifón por tener la idea de montar este blog hace más de dos años. Gracias a ‘Teambasket’ nos hemos reencontrado y reforzado nuestra amistad, compañeros/amigos que compartimos hace cerca de treinta años maravillosas experiencias jugando al baloncesto en Madrid. El espíritu de Pedro García Losada sigue vivo, más vivo que nunca, y el baloncesto sigue actuando como hilo conductor de nuestras vidas.

La segunda reflexión tiene que ver con un partido de baloncesto femenino, categoría infantil autonómica, disputado hace un par de meses. Pasó algo que nunca había visto en una pista de baloncesto y que merece la pena contarlo y recordarlo. El padre/forofo de una jugadora del equipo visitante no dejaba de increpar al árbitro del partido, insultos, desaires, gritos y más gritos. En la pista estaba su hija, luchando, pelando, jugando al baloncesto, intentando mantener la concentración y mantenerse al margen de lo que sucedía en la banda. En un momento dado, la niña no aguanta más, se para en mitad de la pista, dirige la mirada hacia donde estaba el progenitor y le espeta, con enorme coherencia: «¡Por favor, papá cállate, nosotras somos las que estamos jugando!»… y rompe a llorar. La secuencia incluyó cinco segundos de silencio sepulcral y concluyó con un espontáneo aplauso de todos los padres del equipo local.

Sobran este tipo de personajes en el baloncesto de formación, hacen mucho daño, sobre todo a sus hijos. Faltan entrenadores que sepan ‘educar’ a los padres, explicarles cuales son las dinámicas de los equipos y cuales son los roles (muy importantes) que los padres les toca jugar en todo el proceso de formación integral de sus hijos. Seguramente esa niña acabará, tarde o temprano, odiando el baloncesto por culpa de un padre/forofo que no entiende que un partido es una ‘fiesta’, no un campo de batalla lleno de enemigos, sombras y fantasmas en forma de rivales, árbitros y afición rival.

¡FELIZ 2011 y larga a vida a Teambasket y al mejor deporte español!

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