per-fec-to. Por Trifón Poch

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos los partidos importantes para España de este Europeo, aquellos en los que nuestra clasificación y el camino hacia el oro ha dependido directamente de la necesidad de ganar, han seguido un mismo patrón, un guión repetido que nuestros rivales no han sabido o no han podido interpretar.

Los primeros ataques del partido han sido largos, con muchos pases y movimiento sin balón, con el objetivo final de jugar para Pau Gasol. Si en anteriores victorias la finalización que se buscaba era interior, quizás más veces en el lado izquierdo del ataque, contra Serbia hemos aprovechado al máximo los 24 segundos con cortes de los exteriores para rematar con un bloqueo directo central de Pau, las más veces con Rudy, su proveedor habitual de alley-oops. Control del tiempo del partido y Scariolo que siempre selecciona en sus equipos cómo quiere jugar las primeras posesiones del partido.

Pesadilla defensiva para el base rival. Uno tras otro han ido apagándose bajo el agobiante acoso de Ricky. Si en la semifinal contra Eslovenia destacó el omnipresente Teodosic, autor de 32 puntos, en la final se ha quedado en Teodosic el desaparecido, cansado de intentar recibir sin éxito, incapaz de ir más allá de los 3 puntos anotados en la primera parte. Quiero volver a señalar el extraordinario esfuerzo defensivo que Raul López ha dado a la selección contra Francia  y en la final complementando perfectamente el inicio lanzado por Ricky. Ha hecho un sacrificio importante en favor del equipo en un trabajo menos lucido del que él suele realizar habitualmente. El resto del equipo ha estado al nivel del partido contra Francia. Serbia se ha visto incapaz de encontrar ni un sólo tiro cómodo y, a diferencia de anteriores partidos, hemos estado más sólidos en la defensa del bloqueo directo, básicamente porque Pau se ha puesto a defender y no se ha permitido que los pivots serbios andaran con los espacios que tuvieron el día que nos ganaron. Sólo faltaba un detalle. Mejora incontestable respecto a la semifinal en el rebote, siendo nosotros los que hemos capturado más que los serbios en su propio aro, 18 ofensivos de España por 16 defensivos.-

Imparables en ataque. Fundamental en este aspecto, como lo es en todo, que los jugadores importantes asuman su responsabilidad. Pau y Navarro, ayudados por Rudy, pero principalmente ellos, han sido la referencia constante y por momentos imparable de nuestra anotación y ninguno de nuestros rivales se ha visto capaz de detenerlos. Sólo había que ver la cara de Tepic después de perseguir a Navarro intentando pasar los bloqueos y llegando finalemente demasiado tarde para ver cómo el balón ya viajaba camino del aro para sumar un nuevo triple. Con esas dos referencias tan importantes el equipo ha encontrado el equilibrio que faltó en las primeras jornadas al mejorar en la capacidad de buscar soluciones de ataque colectivas, simplemente pasándose el balón. Está muy bien que cada jugador quiera ayudar individualmente al equipo, pero cuando las cosas no salen como uno espera el atacar «yo contra el mundo» no suele ser una buena solución. Ese es el momento en que es aún más determinante ser capaces de respetar los movimientos de ataque, jugar con pases, obligar al equipo rival a defender como equipo, ver siempre el pase extra. Ahí ha sido cuando hemos acabado de matar a nuestros rivales, porque no han podido limitarse a vigilar a dos ya que nuestros pases han ofrecido opciones para todos, incluso los que han dejado tan sólo a Ricky en la linea de tres puntos se han llevado una sorpresa, 4 de 7 en los tres últimos y decisivos partidos.

El resultado no podía ser otro. Ha sido tal la superioridad de nuestra selección, en resultados y en juego, que la situa sin ninguna duda, observando los resultados de todos los campeonatos celebrados en los últimos años, como uno de los equipos más importantes en la historia del baloncesto mundial. Ahora toca disfrutarlo, recuperarse bien del esfuerzo y desear a todos los jugadores una buena reinserción a la vida ACB.

Sólo quiero destacar para acabar el único aspecto negativo en todos estos extraordinarios resultados de la selección: nuestros excelentes árbitros ACB presentes en el Europeo no han podido, mereciéndolo, pitar la final, ni tampoco han podido hacerlo en los últimos eventos más importantes, porque siempre España ha jugado la final. Es justo reconocer que son los mejores, aunque no puedan disfrutar del premio que significa en su trayectoria poder pitar las finales en Europeos, Mundiales o Juegos Olímpicos.

¡¡Felicidades a todos los que  han hecho posible este gran éxito del baloncesto español y gracias!!

 

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