Parece que después de la lamentable desaparición del baloncesto ACB en Girona, se ha abierto una vía que va a intentar salvar lo que se pueda. Hay que agradecer al grupo de empresarios que han dado un paso adelante su gesto. Han sido aficionados desde hace años al equipo de su ciudad y quizás ahora con la responsabilidad de su gestión en LEB bronce puedan seguir contribuyendo de manera más directa en un dificil proceso de recuperación. Sería deseable que recibieran los apoyos necesarios para continuar en el futuro con una aportación que cada temporada será más exigente. No lleva a ninguna parte el lamentarse de que no aparecen empresarios de Girona para apoyar el deporte y que, cuando lo hacen, se les deje solos ante el peligro.
Martí Artigas y Pere Capdevila van a ser los que trabajen la parcela deportiva. Puede ser para ellos una buena oportunidad para tomar decisiones y asumir nuevos cargos, para seguir creciendo. No lo van a tener fácil, porque van a tener que volver casi a los orígenes en un club sin oficinas, sin folios, con toda una estructura nueva por construir. Ese puede ser un inconveniente o convertirse en la mayor de las suertes si saben canalizar la ilusión que tienen por recuperar lo antes posible un proyecto coherente de baloncesto de élite en Girona. Van a tener que rodearse de gente que pueda ayudarles siguiendo una linea inquebrantable de seriedad, profesionalidad y rigurosidad en el trabajo diario, tanto en lo deportivo como en lo económico, en la gestión de recursos, de publicidad, de relaciones, etc. Van a tener que apoyarse en gente que además llegue cargada de la dosis de romanticismo baloncestístico que en estos momentos me parece imprescindible para saber navegar durante unos años complicados, para finalmente estar preparados en varias temporadas para llevar a buen puerto el proyecto que ahora empieza. La mejor de las suertes para todos, que todos los que podamos aportar algo, lo hagamos, y que en el menor tiempo posible Girona vuelva a disfrutar del mejor baloncesto.