De mayor quiero ser un acontecimiento de excepcional interés público.

En noviembre de 2010, en el articulo Mejora de la ley de mecenazgo comentaba la necesidad de mejorar los sistemas de financiación no solo del deporte, sino de muchas otras actividades que revierten evidentes beneficios hacia el ciudadano. En estos casi tres años la situación no solo no ha mejorado, sino que los problemas están empezando a ser irrecuperables para muchos.
Según se establece en el artículo 2 de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, algunas entidades que dan derecho a desgravaciones son, entre otras asociaciones de Utilidad Pública y fundaciones:
Las federaciones deportivas españolas, las federaciones deportivas territoriales de ámbito autonómico integradas en aquéllas, el Comité Olímpico Español y el Comité Paralímpico Español.

La ley define que personas físicas o jurídicas reciban importantes exenciones fiscales por sus aportaciones de mecenazgo sólo a determinadas entidades sin animo de lucro, entre las que se encuentran como citaba antes las federaciones deportivas, o también por la esponsorización de lo que se denomina «acontecimientos de excepcional interés público». Algunos ejemplos actuales de este tipo de acontecimientos pueden ser la celebración del Año Jubilar Macareno, la celebración del IV Centenario de las relaciones España-Japón, el Año Junípero Serra 2013 o, dentro del ámbito deportivo, la regata Volvo Ocean Race. No es que me parezca mal que estos eventos sean considerados «acontecimientos de excepcional interés público» y que reciban importantes aportaciones económicas de parte de empresas que buscan, entre otros objetivos, las considerables exenciones fiscales que consiguen a cambio. La Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo a vela, viene celebrándose desde hace varias ediciones, y están comprometidas las próximas también, en Alicante. Aunque seguramente si pregunto por el retorno de este evento me hablarían de un concepto muy de moda en la actualidad, el impacto económico, no alcanzo a ver el excepcional interés público para la ciudad de Alicante de la celebración de la salida de esta regata. En una situación económica diferente tal vez podría ser asumible que una ciudad celebre un acontecimiento similar, pero mientras estén desapareciendo tantos clubes de diferentes deportes en todas las provincias y los que sobreviven lo hacen en unas condiciones muy difíciles, no parece que sea lo más coherente. No digo que no sea un evento interesante, ni que no pueda suponer algunos beneficios para la ciudad, pero sinceramente, y mucho más en los otros acontecimientos que he citado, me cuesta encontrar su excepcional interés público.

Sin embargo, encuentro un excepcional interés público en que un pequeño club de baloncesto de cualquier ciudad española pueda acoger a 250 niños y jóvenes a los que formar como deportistas y como personas. Sería fantástico que un empresario de esa misma ciudad pudiera hacer una aportación modesta para un club modesto, que le reportara satisfacción personal, la autoestima de colaborar al desarrollo de una actividad deportiva en su ciudad y que a la vez, gracias a las exenciones fiscales, no supusiera un sacrificio implanteable para su empresa «con la que está cayendo». Y en el centro cívico del barrio, en la escuela de danza que hay en la esquina, en el grupo de teatro joven del Teatro Municipal, en la escuela de cine, en la residencia de ancianos, …

 

Un comentario

  1. Luis dice:

    Completamente de acuerdo Trifon, excepto por un detalle.. ¿Que tal si las federaciones deportivas (si, estoy pensando directamente en la FEB y en sus Federaciones Autonomicas) utilizan este privilegio para establecer una parte de su presupuesto en apoyar a esos clubes modestos y se reducen otros gastos «administrativos»? Un saludo

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